martes, 20 de noviembre de 2007



LAS ORGANIZACIONES COMO CEREBROS


Nuestro cerebro es como una pequeña maquinita que realiza todo aquello que nosotros le ordenamos.

El esquema de funcionamiento sería el siguiente: Neurona A demanda paquete de energía, neurona B recibe el estímulo. Neurona B procesa paquete de energía, neurona B emite paquete de energía con carga eléctrica. El paquete es transmitido por el cuerpo del axón gracias al recubrimiento lipídico, y es llevado hasta la dendrita de la neurona A que tiene por costumbre recibir ese tipo de paquetes. El tryaxón de la Neurona B libera el paquete y la neurona A lo descompone.

El cerebro procesa la información sensorial, controla y coordina el movimiento, el comportamiento y puede llegar a dar prioridad a las funciones corporales homeostáticas, como los latidos del corazón, la presión sanguínea, el balance de fluidos y la temperatura corporal; si bien, el encargado de llevar el proceso automático es el bulbo raquídeo. El cerebro es responsable de la cognición, las emociones, la memoria y el aprendizaje.


Todo esta información no tendría sentido si no la relacionamos con las organizaciones. Una organización actúa igual que nuestro cerebro.

Todo se coordina para llegar a lo que se quiere.

Si muevo un brazo para saludar a un amigo, envío la información al cerebro y es el que lo procesa para que mi brazo se mueva. Necesita de varios componentes para que eso suceda. Él solo no puede funcionar.

Así, el individuo, tal como el cerebro, no puede vivir aislado, sino en continua interacción con sus semejantes, por tanto es un ente sociable. Los individuos tienen que cooperar unos con otros, por sus restricciones personales, y deben constituir organizaciones que les permitan lograr algunos objetivos que el trabajo individual no alcanzaría realizar.
Entonces, podemos definir una organización como: un sistema de actividades conscientemente coordinadas formado por dos o más personas. La cooperación entre ellas es esencial para la existencia de la organización, y ésta existe cuando: hay personas capaces de comunicarse que estén dispuestas a actuar conjuntamente para obtener un objetivo común. Al igual que nuestro cerebro.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Es aquí donde se hacen los comentarios?, jeje. Bueno no lo sé si es aquí ya me lo dirás, o no. No me ha dado tiempo a leer el texto, jeje. Un beso guapa.Bye.

María Dolores Díaz Noguera dijo...

Muy bien. La entrada es correcta.